Hace unos días una persona hermosa, con un enorme
corazón y cuya privacidad deseo respetar (a menos que ella lea esto y me
autorice a mencionarla) me envió desde el exterior unos medicamentos que no
encontrábamos acá en Venezuela, dada la terrible situación por la que está
atravesando nuestro país.
Además del hermoso gesto con el que pudimos
solventar una situación de salud, vino una pequeña nota en cartulina que decía, por un lado: “Ojalá el Mundo nos permita tener siempre contacto con personas
como ustedes. Un abrazo grande (firma)...”, y por el otro: “¡FALTA MENOS!”.
He leído la nota muchas veces, agradeciendo a la
vida por mostrarme siempre la esperanza, así, con pequeñas señales, con gestos
de hermandad y solidaridad, con palabras escuchadas o leídas
"causalmente", con más buenas acciones que expresiones de odio o de
egoísmo, con gestos que me reafirman que somos más los que creemos, y creamos,
que los que se niegan a avanzar.
Hoy la he pegado donde pueda mirarla cada vez que
necesite recordar que la oscuridad, tarde o temprano, le da paso al amanecer.
Así, cuando dude, tenga miedo o sienta deseos de
abandonar, podré cerrar los ojos y respirar mientras recito un nuevo Mantra:
¡Falta menos!...
Por Elvis Canino Doula
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