lunes, 23 de abril de 2018

Mi amigo el Yopo (Parte 1)


Quienes me conocen saben la tremenda conexión que tengo con este espacio en el que me encuentro en la foto (La Lomita) y en especial con el árbol que está detrás. Siempre que realizo una actividad allí, bien sea un Conversatorio o un Círculo como por ejemplo el de Hombres, abrazo ese árbol para recargar (¿o decargar?) energía y luego me dedico a lo que iba.


El abrazo de ayer fue tremendamente mágico, ya que me encontraba (o me encuentro aún, pero en un nivel diferente) en un estado emocional muy especial.

Abrazar árboles no es nada nuevo para mí. Siempre lo hago; en mi adolescencia se convirtió en una de las maneras más prácticas de recuperar mi paz en circunstancias adversas que, por cierto, no fueron pocas.

Como buen hijo de mi Caracas soy un enamorado de la hermosa montaña que la protege y bordea, el Waraira Repano (o Cerro el Ávila). Allí, el abrazar árboles fue desde la niñez una de mis actividades favoritas. Aprendí incluso a escuchar y sintonizarme con su respiración y es una de las cosas que me he empeñado en transmitir a mi hija.

Pero este árbol que se encuentra en la foto es un amigo muy especial. Lo llamamos "El Yopo". Poco a poco les iré contando sobre él. Y ojalá un día puedan conocerlo... y abrazarlo.

Por Elvis Canino Doula